Parte del ejercicio de la creatividad humana, está en encontrar similitudes en aquellas cosas que no guardan familiaridades directas, los niños son especialistas en esta área del saber. Por eso, varios artistas se han esforzado en crear como infantes, sea el caso de Picasso o de Nietzsche. En esta ocasión, el ejercicio se centra en la lectura del filme Cronos de Guillermo del Toro.
La obra de Cronos fue estrenada en 1993. Comenzó como el proyecto de tesis de Del Toro, por ese motivo, los primeros guiones son del 84, casi una década antes de su estreno. La fotografía es hija de Guillermo Navarro, que a ojos del director, no sólo fue una decisión acertada, sino la mejor. Es una película corta, dura 92 minutos y la casa productora es Prime Film/Iguana Producciones. La crítica la reconoce como una gran opera prima, posee 9 premios Ariel y un premio de la semana de la crítica en Cannes.
La historia, se puede pensar en términos de una película de terror que coquetea un poco con la ciencia ficción, no viceversa. Bajo esta premisa, comparte el lenguaje con Frankstein no de Mary Shelly, sino de Whale. Posee influencias del expresionismo alemán, así como del existencialismo de Cronenberg, y coincidentemente, tiene exploraciones a la eternidad como lo haría Clive Barker en cualquier película de HellRaiser.
Cronos, como mitología griega, es de los primeros titanes, dios padre de los olímpicos, recordatorio que todo hijo es devorado por su progenitor; como filme, es la historia de Juan Gris, un sujeto que al encontrarse con un artefacto alquímico en una escultura virreinal de un arcángel San Miguel, se convierte en una especie de vampiro.
Este artefacto es llamado como Cronos por De la Guardia, un enfermo terminal de cáncer que busca a toda costa una solución a ser devorado por el mismo tiempo. La película tiene cuatro personajes principales: el señor Gris, su nieta llamada Aurora, el señor de la Guardia y su sobrino Ángel. Las motivaciones en esencia son simples: el señor Gris ha desarrollado cierto interés por esta juventud que ha obtenido por el insecto que vive en el artefacto, el señor de la Guardia que quiere deshacerse de su cáncer, Ángel que persigue a toda costa la herencia de su tío, básicamente para su rinoplastia, y finalmente Aurora, pieza que completa el rompecabezas de Del Toro.
A diferencia de los otros personajes de la película, Aurora no tiene una perspectiva de la muerte como la tienen los otros, posee una “pureza perversa” como diría Del Toro. Es pura porque no persigue mantenerse joven o alejada de la muerte, porque la desconoce en gran medida, no obstante el poco contacto que posee con ella, no la inmuta ni la asusta. Por eso, a lo largo de la película vemos cómo entiende la muerte de sus padres o cómo convive con su abuelo vampiro, viendo incluso como toma sangre del señor de la
Guardia. La muerte la conquista a su forma, inocente y sin malicia.
Aurora es el principio del día, con toda la carga simbólica que posee. Que sea esa luz rosada que inaugura la mañana, justo dentro de estos límites del fin y del inicio, como un uróboros que está condenado perseguir su cola constantemente. Aurora como personaje es la única que no está interesada en la inmortalidad, al contrario no tiene ningún objetivo con la misma. En un sentido metafórico, como un ser que no posee conciencia de sus propios límites mortales, ella está condenada a vivir para siempre, en un estado de gracia que se debe a su propia pureza.
Fuentes consultadas:
Del Toro, G. (15 de abril del 2013). Interview, Guillermo del Toro. 1 de mayo del 2020, de La Semaine de la Critique Sitio web: https://youtu.be/-YPAaZFSmaQ
Varios. (5 de marzo del 2018). ¿Cómo se planteó la película La invención de Cronos, de Guillermo del Toro?. 1 de mayo del 2020, de Canal 44 Sitio web: https://youtu.be/ifeaG17lyP4
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