En Michoacán existe una gran variedad de manifestaciones dancísticas, como la danza de tumbis, la danza de los cúrpites, la danza del palote, entre otras; sin embargo, la que destaca, en mayor medida, es la denominada danza de los viejitos de Pátzcuaro, Michoacán.
Practicada por adultos, jóvenes e incluso niños, esta danza se caracteriza por su particular vestimenta, quienes la ejecutan portan un traje de manta completo; camisa de manta y pantaloncillo, con un bordado al final de la manga y en la bastilla del pantalón, un sombrero, decorado con una serie de listones de diversos colores; un jorongo o zarape, ornamentado con diversas formas y colores; huaraches, a los cuales se les añade una suela de madera, con la finalidad de hacer sonar el zapateado; un bastón y una máscara también del mismo material, esta representa el rostro de un anciano sonriente —la característica principal del vestuario— y destaca en color rosado.
Orígenes de la danza
A primera instancia podría parecer que esta danza solo cumple un fin de entretenimiento y mofa, debido a los diversos movimientos y acciones chuscas que llevan a cabo quienes ejecutan la danza; no obstante, cabe señalar que esta manifestación ha logrado soportar el peso de los años, albergando en sí un poco del pasado indígena mexicano; pues esta, al igual que la mayoría de las danzas folclóricas en México, tiene sus orígenes en el periodo prehispánico.
Es importante mencionar la relevancia que tenía la religión para los indígenas prehispánicos; por lo tanto, manifestaciones como la danza se vinculaban fuertemente a su religión o creencias. En su inicio, la danza de los viejitos ostentaba un carácter ritual; “ofrendaban al Dios Viejo (Tata Jurhiata) con el fin de recibir buenas cosechas, entre otros favores.” (Milenio, 2020 A, párr.3), la danza dejaba de ser una serie de movimientos, pues mediante esta los hombres buscaban una cercanía con sus deidades, representaban sus creencias.
Tal era el carácter mítico-religioso de la danza que no cualquiera podía practicarla, había restricciones en cuanto a la cantidad de ejecutantes y el sector poblacional que podía hacerlo, “solo lo podían interpretar los petámunis, los más sabios de la comunidad y por ende los más ancianos; bailaban con sus bastones en cada cambio de estación.” (Milenio, 2020 B, párr. 4), de igual forma se tenían marcados los periodos en los cuales se debía ejecutar, ya que su fin no era el entretenimiento; por lo tanto, solo se practicaba a fin de año o durante el inicio del periodo agrario. Los chamanes que ejecutaban la danza también portaban máscaras; sin embargo, de los cuatro danzantes, tres portaban máscara de viejitos, mientras el cuarto usaba una máscara de rostro más juvenil.
Sincretismo en la colonia
La conquista de América en 1519 a mano de España trajo consigo un proceso de hibridación cultual, las danzas traídas por los colonos se mezclaron con las prehispánicas, dando lugar a nuevas manifestaciones que guardaban el pasado indígena,
se implantaron formas europeas, a las que pronto se mezclaron elementos indígenas y negros. Por otro lado, aun cuando se “cristianizaron” las antiguas danzas rituales, aplicándoles una temática apropiada a las exigencias de la nueva religión siguieron, en el fondo, conservando su antiguo simbolismo. (Ramos S. 1990, p. 12)
En lo que respecta a la danza de los viejitos, ya no se encontraba directamente vinculada con el dios viejo y los periodos agrarios, ahora se encontraba relacionada con la vejez del español; la danza de los viejitos que surgió de la colonia española hacia burla de la figura senil de los españoles, quienes envejecían más rápido que el indígena nativo, y en su vejez se llenaban de achaques.
Hoy día, se ha distorsionado tanto esta danza, que son pocos quienes tienen noción de la su naturaleza ritual o de su relación con la figura del español en un segundo periodo; sin embargo, la máscara característica empleada en esta manifestación remite a sus orígenes y da un giño al pasado.
Fuentes de consulta
Milenio (29 de abril del 2020), ¿Cuál es el origen e historia de la Danza de los viejitos?, milenio.com, https://www.milenio.com/cultura/danza-de-los-viejitos-origen-e-historia
Ramos Smith Maya (1990), La danza en México en la época colonial, CONACULTA / Dirección General de Publicaciones Alianza Editorial Mexicana, México: Secretaría de Educación Pública.
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